Querés cuidar tu piel pero,¿no sabés por dónde empezar?
Antes de elegir una rutina facial efectiva, es clave, conocer no sólo tu tipo de piel sino también cómo está y cuáles son sus necesidades.
El tipo de piel se define en función de las secreciones que la piel produce. Podemos clasificar una piel como normal, mixta, grasa o seca y están determinados por características genéticas.
Otra aspecto es el estado de la piel. Se trata de aspectos que pueden variar considerablemente a lo largo de tu vida y pueden estar determinados por muchos factores: genéticos, hormonales, climatológicos.
Tenés que tener en cuenta su grado de sensibilidad, hidratación, pigmentación, presencia de arrugas, rojeces, siendo los más habituales la piel sensible o la piel deshidratada que pueden afectar indistintamente a cualquier tipo de piel ya sea seca o grasa por ejemplo.
Tus hábitos también inciden en el estado de tu piel. Sí, lo que comés y bebés, tu calidad de sueño, tu ánimo, hábitos como el tabaquismo y el alcohol, si realizás o no actividad física, tu estilo de vida en general, el clima del lugar en dónde vivís y la contaminación ambiental, son factores que influyen significativamente en el estado de tu piel y por ende en sus necesidades.
Por eso antes de comprarte cualquier crema es importante tener en cuenta estos factores, ¿Los conocías? ¿Tenías algo en cuenta o siempre compraste una marca de cremas siguiendo publicidades?